miércoles, 23 de septiembre de 2009

Aquí y ahora

Dejar para otro día, para más adelante, porque “eso” puede esperar. A veces, tal vez demasiadas veces, creemos que somos eternos, que el tiempo es lo que pasa y no nosotros. Cuando aceptamos la inevitable condición de nuestra finitud, si estamos postergando demasiadas cosas durante demasiado tiempo, nos invade la sensación de desesperación.
Si vivimos enloquecidos por lo urgente, creemos en que hay que hacer todo ya, sin poner prioridades, sin disfrutar el “aquí y ahora”, nos internamos en una carrera insalubre y estéril. Si estamos siempre anticipándonos: “¿qué pasará?”, “¿qué es lo que sigue?” nos olvidamos de lo que está pasando ahora, lo que nos está pasando aquí y ahora.
Si pensamos en postergar todo para más adelante, no estamos siendo conscientes de nuestra esencia como seres humanos: nuestra finitud. Hay personas que viven así toda la vida, y no les sucede nada, no despiertan a esa consciencia, incluso, hasta el último momento. Hay otras que, en algún momento de la existencia, empiezan a sentir una incomodidad, un algo que muerde adentro, que acentúa la percepción y la intuición, y que crea caos, crisis y un reacomodamiento en lo cotidiano.
Disfrutar el “aquí y ahora”, nos hace más plenos. Es lo único que realmente tenemos.
Es maravilloso planificar, pensar el futuro e imaginarlo; revisar el pasado para cambiar incluso, nuestra percepción de lo antiguo, de lo vivido. Resignificar, reasignar importancia a los hechos, que por supuesto, reconstruímos de manera arbitraria y selectiva.
Pero si eso, mirar hacia atrás e imaginar hacia delante, lo hacemos centrados en el aquí y ahora, es mucho más placentero, nos sentimos más plenos.
Si sabemos que todo pasa, que todo termina, lo bueno y lo no tan bueno, dejaremos lugar para que pronto la pena pase y renazca la alegría, en ese mismo lugar y cuando estemos alegres, podremos disfrutar con más fuerza cada segundo de nuestras vidas.
Buena primavera, y a disfrutar. Las estaciones también terminan, son cambiantes, fluyen…

(Este texto está dedicado a esas mujeres con las que compartí el sentir del aquí y ahora durante todo un fin de semana. GRACIAS A TODAS.)